La profesión va por dentro

La plañidera, que tantas veces ha dado el pésame, que siempre camina decidida hacia el ataúd, que apretando en sus manos las monedas por su trabajo ha llorado sin descanso ni consuelo frente a muertos ajenos, camina ahora en silencio, seca, temblorosa, con las manos vacías para poder agarrarse con fuerza a su pecho y al féretro de su único hijo.

(Los pescadores de perlas - Revista Quimera 463-464. Julio-agosto 2022)

No hay comentarios:

Publicar un comentario