Conquistado

Imagen de Rodrigo Farhat en Pixabay 

Tras una larga caminata, abriéndome paso a golpes de machete, llegué al poblado. La tribu, vestida con taparrabos, me rodeó. Algunos se aventuraron a tocar mis ropas, el sombrero y mis cabellos dorados. Me mostraron sus collares y pendientes hechos de hueso y madera y, entre sonidos guturales y risas, me llevaron hasta la tienda del jefe. Le enseñé la cantimplora, las cerillas y a fumar. Y cuando iba a despedirme para volver al campamento, el jefe sacó su tabaco y el móvil, nos hicimos un selfi y pidió unas pizzas. Pagué yo.

(Finalista diciembre 2020 - La Microbiblioteca Esteve Paluzie, Barberà del Vallès)

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