Pastoril

Todas las ovejas, del conde, ninguna mía, asegura el pastor. Pero la leche sí qu'es pa mí, y mientras lo dice se golpea el pecho. Vamos hombre, to’el día d’aquí p’allá con ellas. Que’l perro y el tiempo los pongo yo. Y el aguante, dice guiñando un ojo, que muchismo conde, muchisma alcurnia, pero quien l’está dando alegrías a la condesa es servidor, y suelta una carcajada. Y bien que se las doy, ridiez, qu’estoy llenándole la hacienda de condesitos. Más que de ovejas. Oiga, que esto no salga d’aquí, a ver si me van a venir pidiendo leches.

Imagen de Ria en Pixabay

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