Huir de la quema

Del aula no ha quedado nada: ni un lápiz, ni un borrador, ni la tutora. Entre una nube de adultos, distingo a mi hermano. Al verme, se lanza a mis brazos. Todos dicen que ha sido una suerte que sea el único superviviente. Sonrío nerviosa y les digo que sí. Tomo su mano y salimos. Cuando llegamos a casa, su cuerpo ya no arde por dentro. Hacemos las maletas y cambiamos de ciudad, cada vez más cerca del polo norte.

(Mundo Iracundo - Antología - Editorial Minificción - 2022)

No hay comentarios:

Publicar un comentario