Ella querría estar en casa, con los olores de la cocina, y escuchar el canturreo de su madre al ritmo con el que la cuchara golpea las cazuelas. Verla bailotear entre fogones, despensa y leñera y, de vez en cuando, sentir un beso cálido en la coronilla. Pero todos se empeñan en que hoy vuelva al colegio, aunque ella no quiera. Pasar el día con esos esos niños tontos que corren y gritan. Sólo su única amiga está tan triste como ella porque se ha muerto la golondrina que anidaba en el alero. Las mayores canturrean, les hacen corro y se burlan porque la muerte ronda sus casas, a una bajo el tejado, a la otra en la cocina.
ENTC - 2025